Otra
línea, que tomaba pie del AT y que Pablo rechaza, es la del nacionalismo
triunfalista, que preveía la exaltación de Israel como nación, siguiendo la
idea de un Mesías potente y victorioso. Pablo, en cambio, presenta un Mesías crucificado (1 Cor 2,2), que echaba por tierra todas las aspiraciones de triunfo nacionalista. Contra el exclusivismo judío, el universalismo de Pablo
es evidente; baste citar el texto de Gál 3,28: «Ya no hay más judío ni griego, esclavo
ni libre, varón o
hembra, pues vosotros hacéis todos uno mediante el Mesías Jesús».
hembra, pues vosotros hacéis todos uno mediante el Mesías Jesús».
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